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04 noviembre 2010

KIRCHNER, SU MUERTE Y MUCHAS DUDAS RAZONABLES

 Cuando todavía casi nadie ha asimilado el golpe que ha significado la desaparición física del Diputado Néstor Kirchner, esposo de la actual Presidenta y ex - Presidente de Argentina, mucha (demasiada) gente se ha lanzado a emitir análisis y pronósticos. Que según el bando de donde provengan le auguran calamidades o éxitos.
No soy de los que creen que la muerte purifica y se ha visto y oído que el finado ahora es casi un santo. Tampoco soy de los que creen que el Justicialismo (Peronismo) sea de “izquierda” y mucho menos una doctrina o ideología con una serie de pautas claras a seguir, sino que depende exclusivamente de aquel que encabece el movimiento o esté a cargo del gobierno. Aquí en Uruguay vivimos un fenómeno similar con el Batllismo, que por un lado lo creo bastante más adelantado que el Justicialismo, esta afirmación está avalada por los asesores que eligió: socialistas y hasta algún anarquista y por otro que poseía algún minimo componente ideológico. Pero a la muerte de Batlle (José) con el marchó el Batllismo al ataúd,porque Luis ya se pareció bastante a Perón y del ´`ultimo (Jorge)mejor ni hablar; con el correr del tiempo (50 años) se les cayó la careta y se los reconoció tal cual son y sobre todo  al existir una izquierda verdadera y unida que desnudo la falacia de quienes se cobijaban bajo la denominación de Batllistas: el cuasi dictador Pcheco Areco era Batllista, Sanguinetti se dice igual, el dictador Bordaberry y su hijo también lo son; más claro echale agua. Del otro lado del Plata Perón organizó un movimiento que cobijó todo tipo de ideologías; extrema izquierda, extrema derecha, Nazis, guerrilleros, individuos de toda laya y calaña, todo el espectro estaba incluido.  Así pudo verse a los Menem, Duhalde, todos los gobernadores “Peronistas” pasando por Reutemann, los Rodriguez Sáa, los Saadi, los Romero, como tantos otros. Los intendentes  y hasta los propios legisladores (Senadores y Diputados) nacionales y provinciales. Todos y cada uno de ellos actuó y actúa según una ideología propia sin seguir ninguna línea política y/o ideológica; es más que obvio que cada uno de los nombrados  como todos los demás (que no se incluyen sus nombres para no hacer una lista casi interminable) tuvo y tiene distintas visiones sobre las políticas económicas desde el más crudo neoliberalismo  y salvaje economía de mercado a otras un tanto más leves  con una pretendida justicia social pero ninguno se le acerca ni por las tapas al más tibio de los socialismos. Eso sí, ninguno evitó las componendas con los “popes” de la CGT, acuerdos y pactos que les aseguren la “gobernabilidad” sin conflictos con la consabida contrapartida que beneficie a sindicatos y sindicalistas.  Ninguno de los dirigentes que ejerció el poder, al nivel que sea, estuvo libre de sospechas de corrupción, que a lo largo del tiempo se fueron confirmando, cada uno utiliza la “patota sindical” como mejor le parece, obviamente que para su mejor beneficio.  La gran mayoría (por no decir todos) estuvo involucrada en denuncias  de enriquecimiento ilícito, vínculos con los narcotraficantes o con financiamientos de sus campañas electorales más que turbias. De nada de esto escapó el desaparecido Kirchner, quedaran sin respuestas muchas de las acusaciones que pesaban sobre él, la “desaparición” de los fondos de la Provincia de Santa Cruz, la valija de Antonini Wilson, las conexiones con la “mafia de los medicamentos” o el tema de la efedrina, las dudas sobre la desaparición de Julio Jorge López o la reciente y confusa muerte del joven Pereira militante del PO.

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