El debut de Uruguay en la Copa de las Confederaciones, no fue todo lo auspicioso que esperábamos. No voy a buscar ninguna escusa ni atenuantes para reducir la responsabilidad de quienes son los responsables de esa actuación.
Que nos bailaron? Si.
Que no agarramos nunca la pelota? También.
Que nos perdonaron la vida? No sé.
Que el juez nos robó? Sí señor.
No creo que la pretensión del lector sea la que yo explique los porqués de tal superioridad, ni voy a detenerme en analizar esas razones. Si no caería en la misma actitud de los “cata penes” de hablar luego de ver el diario del lunes, ni tampoco caeré en actitudes ni comentarios derrotistas.
Ni siquiera voy a decir que España es un equipo invencible. Si así fuera el Barcelona estaría en las finales y definiciones de todos los campeonatos, ni jamás nunca perdería ni un mísero puntito en cada uno de sus enfrentamientos. Como todos sabemos que no es así es que en cada enfrentamiento esperamos que el rival logre montar un dispositivo. Si no que alguien me explique como hizo el Bayern Munich para encajarle 7 goles contra ninguno de los españoles y que por momentos la “bailanta” fuera feroz. Cuando más de uno daba por muertos a los teutones.
Me imagino que hubieran dicho en la previa de la final del 50 los Scelsa, Romano, Bardanca, Figueredo, Totos Dasilveira, e ainda mais. Pregonarian la no presentación del equipo frente a Brasil. El “negro” Obdulio les hubiera pegado una patada en el culo a cada uno para que dejaran de hablar pelotudeces que queda resumida en la célebre frase “Los de afuera son de palo”. Tapándoles la boca a todos aquellos derrotistas de la época de quienes son burdos émulos los “mamaderas” de la actualidad.
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