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24 junio 2013

EL FANTASMA DEL 50 YA SOBREVUELA EL MINEIRÂO


La Copa de las Confederaciones llega a sus etapas definitorias y ¡VAYA CASUALIDAD! Brasil será el rival celeste en semifinales, mientras los españoles ya se sienten campeones, ya no finalistas (¡¡¿¿??!!), aparentemente Italia no cuenta. Para qué abundar en historias sobre aquellos que vendieron la piel antes de cazar al oso; bueno allá ellos.
Lo que nos ocupa en esta nota es el partido que pondrá frente a frente a orientales y norteños. Cuando digo orientales no hablo ni de Japón ni de otra nación del oriente lejano, cercano ni medio, hablo de nosotros los celestes, los orientales del río de los pájaros pintados, sí, los mismos que tantas veces les amargaron la vida a los locales de cuanto torneo le tenga como participante. Las más recientes Sudáfrica 2010 y Argentina 2011, cuando los locales debieron resignar sus pretensiones ante la escuadra del maestro Tabárez.
Es entonces que los recuerdos de otros enfrentamientos entre Uruguay y Brasil afloran con nitidez, pero el omnipresente fantasma de 1950 se  impone con sus recuerdos para uno y otro bando. Aunque lo nieguen, cada vez que una camiseta celeste se pone en el camino de los brasileños, éstos no pueden evitar el nefasto recuerdo, que para ellos significa, de aquel 16 de julio de 1950. Y éste próximo 26 de junio no será la excepción, una nueva etapa decisiva los verá cara a cara, para definir quién será el finalista de la Copa de las Confederaciones. No será en Maracaná, pero el fantasma del 50 sobrevuela los alrededores del Mineirâo sembrando el pánico y remueve los recuerdos trayéndolos al presente, de lo que si no será un “Maracanazo” bien podría llamarse el “Mineirazo”, sumando una nueva fecha nefasta para el fútbol brasileño y un nuevo motivo de orgullo para la celeste. QUE ASI SEA.


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