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Todos (perdón, todos no, Leoz, Grondona, Chacón y las autoridades de la Confederación) pudimos ver los episodios sucedidos tras la finalización del encuentro. Donde aparentemente tras las burlas de los paraguayos, según los jugadores venezolanos les sacaban la lengua mofándose de ellos. Quien “prendió la mecha” no se sabe pero lo cierto es que tras los primeros roces, “sobrevino la hecatombe, una serie de sucesos bochornosos” que desembocaron en una gresca generalizada que vio como elementos más activos a Ortigoza y Fedor que intercambiaron golpes largos minutos, mientras que a su alrededor se generaban focos de peleas todos contra todos. Todo esto sucedía ante la atenta mirada de la policía que resulto inútil para controlar el enfrentamiento. Todo esto tuvo su inicio en la discusión de los Técnicos en el momento en que fue expulsado Martino.
Vista la gravedad de los hechos era dable suponer que serían varios los sancionados, solo restaba tener a la mano el informe del juez Chacón, pero hete aquí, que el mejicano no pudo observar nada ya que se fue raudo para su vestuario y luego marcho hacia su País natal. Demasiadas casualidades se conjugan para que no existan elementos para sancionar a los protagonistas de la trifulca. Al parecer existe alguna dificultad para conseguir algún elemento que les permita ver la grabación de lo sucedido, no te digo que consigan un reproductor de DVD y un plasma, pero un VHS y un televisioncita de 14 pulgadas blanco y negro, creo que si.
Lo cierto es que los boxeadores no tuvieron sanción alguna, lo que significa que este episodio servirá como antecedentes para que en una próxima ocasión cuando al finalizar un partido si algún equipo considerara injusto el resultado puede “largar" para tomarse revancha del resultado negativo. Pero no, no se crean que los parrales den higos, esto fue solo una distracción del árbitro y las imágenes en poder de las autoridades no ameritaban sanción alguna.
Así están las cosas siempre en algún momento sacan las “garras” estos delincuentes que ejercen los máximos cargos dirigenciales de la Confederación Sudamericana de Fútbol, ejerciendo sus cargos con discrecionalidad y haciendo abuso de poder, para tomar las decisiones que mejor le convengan a sus “amigotes”
Por lo tanto y ante las evidencias no cabe otra cosa que decir AQUI NO HA PASADO NADA.
Señores dlincuentes, perdón, Dirigentes de la Confederación. He aquí las imagenes que les han estado haciendo falta, como para juzgar los episodios de violencia que se suscitaron al finalizar el partido, tal vez etén a tiempo como para tomar alguna determinación al respecto.
Nahh!! pero si no se están pegando. ¡Mírelo a ese paraguayo como lo abraza al venezolano! ¡Fíjese con que cariño intercambian camisetas esos muchachos, si sancionamos por esto no se va a poder jugar más al fútbol.
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