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11 julio 2011

CUANDO ERA NIÑO





CUANDO LA MALA SUERTE NO ES CONSUELO
La selección sub 17 cayó derrotada 2-0 ante México en la final del Mundial.




No será consuelo para los chicos, pero dejaron todo y no merecieron perder. De todos modos, será una hermosa experiencia la que vivieron. Jugaron contra un buen equipo mexicano, que además tenía mucha gente a favor. Ganó México 2-0 con goles del capitán, Briseño, y de Casillas en el Azteca, estadio que vio gigantes del fútbol mundial. Y se plantaron, e hicieron un tremendo campeonato. Cabeza arriba, muchachada. Muchas gracias.

Impresionante el marco de público y el clima que se vivía en el gigante estadio Azteca. Los chiquilines salieron a la cancha de ese mítico estadio quizás sin darse cuenta de que ese día iba a ser histórico, fuere cual fuere el resultado, porque estaban pisando un terreno lleno de gloria, iban a enfrentar al local y a jugar contra 105.000 personas. Seis veces ya se habían medido estos equipos en la etapa de preparación previa al Mundial, con tres victorias para la celeste, una para el Tri y dos empates.

Ambos equipos salieron a jugar la final con cambios en sus alineaciones titulares: en el local no estaba Julio Gómez, el pibe que le dio la clasificación a la final -vendado y todo- ante Alemania, en la hora no fue de la partida por precaución, debido al golpe que sufrió en la cabeza. En Uruguay Fabián Coito mandó a la cancha como titular a Guillermo Méndez por Santiago Charamoni y se produjo la vuelta a la titularidad de Jimbo Varela, quien no estuvo ante Brasil por haber recibido su segunda amonestación ante Uzbekistán. El pibe con nombre rockero ingresó por Heber Ratti.

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